martes, 13 de julio de 2010

Duelo en una guardia


"La peor forma de extrañar a alguien, es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener"


No se
como comenzar este post, me resulta difícil.
En la guardia que tuve el sábado viví el momento más duro de toda mi vida profesional.
Cuando estudié enfermería estuve trabajando en unidades muy duras, en las que la muerte era algo habitual . En la unidad de paliativos en la que me forme durante tres meses aprendes a asumir la muerte como un proceso normal, no por ello menos doloroso, por el que todos vamos a pasar obligatoriamente. Se hace duro, te encariñas con
pacientes de los que sabes que en cuestión de días no van a seguir allí, ves el sufrimiento, la desesperanza, la ira, la rabia, y en muchos casos finalmente ves la aceptación.
También tr
abaje durante tres meses en oncología, aún tengo peor recuerdo de este servicio que del anterior, esa lucha contra viento y marea por vivir, ese sufrimiento, ese agotamiento, la angustia que rodea a todas las habitaciones de la planta, en resumen, un sin fin de sentimientos que no se pueden describir con palabras, el contacto directo con el sufrimiento ajeno es algo realmente duro.
Os cuento todo esto porque el domingo se murió un bebé. La mamá ingreso para inducirle el parto a la mañana siguiente , previa subida a partos para ponerle el monitor se le había hecho una eco en URG con resultado normal, y cuando fuí a monitorizarla no le encontré el latido fetal. Os puedo asegurar que lo último que pensé era que el bebé había muerto en esos 20 minutos, lo achaqué a mi falta de experiencia, y así se lo dije a la madre, aún recuerdo las palabras, " estáte tranquila, no pasa nada, es que tengo poca experiencia y en ocasiones me resulta difícil poner bien el monitor", después de unos minutos intentándolo avise a la matrona. Ella lo intento, observe su cara de preocupación, no había latido fetal, el corazón que hacia 20 minutos latía de forma natural había dejado de hacerlo.
Se armo un revuelo enorme , gines y matronas corriendo a quirófano a hacer una cesárea urgente, la madre histérica preguntando por su niño, pediatras, anestesistas ....y finalmente sacaron al bebé, sin latido, lo reanimaron durante 20 minutos y confirmaron la muerte.
A la mamá se la llevaron a Rea para que se recuperara de la anestesia y del bebé me encargue yo.
Lo cogí, era precioso y regordeto, estaba calentin , lo pesé, pesaba 3,780 y le lave la carina y lo envolví en una manta
. Tengo su carita grabada en la mente, y el calor y peso de su cuerpo en mis brazos, es algo que no os puedo explicar. Al papá se le dio la opción de verlo pero no quiso, la mamá no tuvo oportunidad.
Una hora antes había estado hablando con su ella de las ganas que tenia de tenerlo en sus brazos y llevárselo a casa, era su primer hijo y se llamaba Manuel.
Hoy por primera vez me encuentro
sin la angustia que me invadió desde ese momento, he dormido bien y a lo largo del día he pensado menos en ello. Pero aún me encuentro afectada, nunca me imaginé que algo me iba a apenar y a impactar tanto, después de todo lo que he vivido en mi vida profesional, este ha sido el golpe más duro.
Creo que no estamos preparados para ello, pensamos que todos los partos y embarazos avanzados tienen un final feliz y no contamos con un factor que es real , y es que algunos partos se complican porque sí, los bebés siguen muriendo y algunas mamás también, porque la naturaleza lo quiere y no se puede luchar contra ella.
Por desgracia he descubierto el lado más oscuro de la obstetricia.

Un abrazo

miércoles, 7 de julio de 2010

La dura vida del residente


Hola a todos!!
Me disculpo por estar desaparecida, pero cuando llego a casa tengo tantas cosas que hacer y tan poca gana que nunca encuentro tiempo para escribir.
Está semana estoy un poco de bajoncillo, me está resultando dura.
El 16 de junio comencé mi rotación en primaria, al hospital sólo voy los fines de semana a hacer guardias. El trabajo en si me parece muy interesante, me sorprende porque pensé que el trabajo desarrollado en el centro de salud no me iba a entusiasmar tanto cómo el del hospital pero he de decir que me encanta.
Las matronas son muy competentes aunque muy diferentes a mi forma de ser y me cuesta adaptarme, mi condición de residente me obliga a ver, oír y callar, cuando sea matrona podré decidir cómo trabajar.
El llegar nueva a un sitio es muy duro, y cuando pienso que va a ser la tónica habitual durante estos dos años se me pone un nudo en la garganta.
Me siento continuamente observada y evaluada, desde que he empezado nunca me han dado la enhorabuena por hacer algo bien, ahora si, correcciones a todas horas. Es lo habitual, todo lo haces mal ( claro, es difícil predecir como le gusta hacer las cosas a cada matrona) y rellenar un simple papel con dos matronas delante se convierte en una odisea, cada una tiene sus manías y te acaban volviendo loca.
Hoy a la tercera llamada de atención estuve a punto de llorar, no puedo escribir, hablar, atender y hacer todo exactamente igual que ellas porque cada una tiene su forma de trabajar y a la residente la acaban machacando.
Buff tengo tal inseguridad encima que la actitud la mantengo incluso en casa, como me llaman la atención o dudo al hacer una simple tarea me invade la misma sensación que en el trabajo.
Siento el rollo, pero necesitaba desahogarme.
Lo único bueno del día y que me proporcionó una buena dosis de energía para llevarlo mejor fue el encuentro con una paciente.
Me reconoció en la calle, yo también me acordaba de ella, era la chica del post del parto especial. Me dijo que ni me imaginaba las veces que se había acordado de mi y que me estaría eternamente agradecida, se me llenaron los ojos de lágrimas , entre la emoción que me produjo y el estres del día que había tenido poco más y me echo a llorar.
Bueno , prometo un post más alegre proximanente. Este finde tengo guardia, ya os contaré.

Un abrazo